Cada año, las plagas causan enormes pérdidas económicas en la industria alimentaria. Contaminan las materias primas y el producto terminado, a través de sus excrementos, restos de mudas o fragmentos del insecto. La infestación por plagas lleva a la pérdida de confianza por parte de los clientes y los consumidores, lo cual repercute de forma negativa en su imagen de marca, que con tanto esfuerzo ha forjado.
Cuando hablamos de plagas o insectos de los productos almacenados (IPAs) nos referimos generalmente a escarabajos y polillas cuyos ciclos vitales están directamente relacionados con los alimentos que parasitan; existiendo otros artrópodos, como los ácaros, que también pueden afectar nuestros alimentos como la harina, los quesos y el jamón. Tampoco hay que olvidar las plagas que afectan a los productos textiles, que aunque de menor importancia al no afectar a los alimentos, también causan daños importantes en la industria. En cuanto a los productos afectados son de muy diversos tipos, destacando cereales, legumbres, frutos secos, especias, semillas oleosas, materias diversas como tabaco, queso, pieles, y todos los productos acabados fabricados a partir de las materias primas mencionadas.